jueves, 2 de noviembre de 2023

Hablemos del duelo

 

NOVIEMBRE 2023

EL DIA DE TODOS LOS SANTOS

¿Qué celebramos este día?

HABLEMOS DEL DUELO

 

En España, el dia 1 de noviembre, recordamos a las personas que no están, llevando flores al cementerio o poniendo velas en casa para recordarlos. En México, hacen una fiesta, cantan, bailan y comen, recordando lo que vivieron con las personas que no están. Ellos creen firmemente que las personas que fallecen estarán con nocotros mientras las recordemos. En todos los países del mundo se recuerda de una forma u otra a aquellas personas que fallecen.


¿Qué pasa cuando alguién de la familia muere?

Es normal estar triste, no tener ganas de hacer nada, tener ganas de llorar, estar enfadado-a, sentir rabia, querer verla otra vez e incluso tener pesadillas...

Es necesario validar todas las emociones, sabiendo que todas cumplen su función... pero no debemos dejar que se instauren en nosotros de manera indefinida.

Han venido para decirnos que tenemos que reaccionar, aceptar y seguir viviendo siempre en alegría y positividad.





¿Qué es el duelo?

El duelo es la tristeza profunda que sentimos cuando se muere un ser querido. Esta pérdida puede provocar un gran cambio en nuestra vida. Siempre lleva un tiempo afrontar esa pérdida y encontrar maneras de adaptarse a esa ausencia. El apoyo y el consuelo de otras personas, sobre todo aquellas que han pasado por un proceso similar, te pueden ayudar a sobrellevar el duelo.

¿Cómo nos afecta el duelo?

El duelo por la muerte de un ser querido siempre va a depender de lo cerca que nos sentíamos de la persona que acaba de fallecer. También depende del papel que desempeñaba esa persona en nuestra vida. No es lo mismo la muerte de un padre, un hijo, un hermano, un abuelo o un amigo íntimo ,que la muerte de alguien a quien no conocíamos tan bien. Otra cuestión importante son las condiciones en las que se ha producido esa muerte. El duelo puede ser más intenso si la muerte fue repentina, sin esperarla, a diferencia de si es consecuencia de una larga enfermedad. En este último caso el tiempo que dura la enfermedad suaviza un poco el duelo.

A menudo, el duelo es más intenso cuando hace poco que ha muerto la persona. Pero hay personas que no sienten la pérdida de inmediato. Pueden sentirse como insensibles, en estado de shock o no acabárselo de creer. Eso también está bien. Puede llevar un tiempo hacerse a la idea de que la persona se ha ido.

¿Cómo afecta el duelo a nuestras emociones y sentimientos?

Es probable que tengamos muchas emociones diferentes. Y la manera en que nos sentimos puede cambiar de un día a otro. A veces sentiremos tristeza, enojo, ansiedad, culpa o desesperación. En otros momentos sentiremos alivio, amor, gratitud, ternura o esperanza.

Es importante tomar conciencia de nuestras emociones y sentimientos y de cómo van cambiando. Tratemos de aceptar como nos sentimos, en lugar de castigarnos pensando que deberíamos sentir de otra manera. Debemos fijarnos en cualquier cosa buena que ocurra durante este periodo de duelo o perdida, por pequeña que sea.

¿Cómo afecta el duelo a nuestros pensamientos?

Pueden haber cosas que nos preocupen o de las que nos arrepintamos, o pensemos en cosas que nos hubiera gustado decirle o haber hecho con esa persona. Es posible que pensemos en cómo será la vida sin esa persona…

Debemos expresar de una manera u otra todo aquello que se nos pase por la mente, sin sentirnos culpables. En ese momento necesitamos validar lo que sentimos y nuestro pensamiento es la única via que conocemos.Tal vez nos ayude contarlo a otras personas importantes de la familia o escribirlo en forma de diario o carta.

Debemos darnos tiempo para pensar y reflexionar, permitirnos pausas, tomarnos respiros cuando lo necessitemos. Sin presiones. A veces, algunas personas, con ánimo de ayudar, no cesan de decirnos que ya no podemos hacer nada y que la vida continua.

Todos somos distintos y cada uno de nosotros-as necesita su tiempo para transitar su duelo, tiempos que son muy distintos en cada caso. No debemos compararnos con nadie.

¿Cómo afecta el duelo a nuestro cuerpo?

El duelo puede afectar a nuestro apetito, al sueño, a nuestra energía, podemos sentir cansancio, inquietud, nerviosismo e incluso sentir ansiedad. Podemos sufrirlo todo a la vez o de forma paulatina.

Debemos por tanto observar como nos afecta físicamente y procurar descansar, comer bien y hacer ejercicio en la medida de lo posible ( andar, por ejemplo). La respiración consciente también ayuda.

¿Cuánto puede durar el duelo?

No hay ninguna duración fija para los duelos. Está bien que duren semanas, meses o mucho más.No es un proceso general sino que cada persona lo transita a su manera y a su tiempo.

Cuando retomanos nuestras  actividades cotidianas, es posible que pensemos que deberíamos haber superado el duelo. Pero esto no es así en ningún caso, durante un tiempo, nos cuesta meternos plenamente en las obligaciones de cada día. Probablemente seguiremos sintiendo el vacío y la tristeza.

Muchas personas afirman que sienten el duelo en una especie de "oleadas" que vienen y van. En algunos momentos, los recuerdos del ser querido pueden causar una sensación de vacío muy intensa. En otros momentos, el duelo pasa a un segundo plano, de modo que deja de estar en sus mentes durante todo el tiempo.

Mientras se vaya suavizando nuestro duelo, es posible que nos vayamos dando cuenta de que la persona que tanto queremos sigue en nosotros, en nuestro corazón, en nuestros pensamientos y en nuestros recuerdos, igual que el efecto positivo que ha tenido en nuestra vida. Entonces entenderemos que sentirse mejor no significa haberse olvidado de nuestro ser querido.

 

Entonces, ¿se puede volver a la alegria? 

Ir a la alegría no es fácil en estos momentos, pero debemos esforzarnos. Tenemos un cerebro fácilmente influenciable, tanto para lo malo, como para lo bueno. Recordad los momentos buenos siempre ayuda, las fiestas, las reuniones, las anécdotas hay que hablar de ello.

Siempre estarán con nosotros si los recordamos. Es verdad, que al principio nos hará llorar, nos emocionaremos, pero poco a poco esos recuerdos nos proporcionarán bienestar.

Hablar de todo esto con nuestras personas de confianza es liberador y nos hace sentirnos mejor.


¿Y qué cosas más podemos hacer...?

No hay recetas, pero muchos psicólogos coinciden en:

 

- Dormir, ya que al dormir se van suavizando los malos recuerdos, necesitamos dormir todos los días al menos 8 horas seguidas para conseguir el efecto reparador que necesita nuestro cerebro.

Hablar con la persona que no está, si lo necesitamos.

Hablar con personas de nuestro entorno cercano de lo que sentimos, compartir nuestras emociones.

Nunca guardar para nosotros las emociones, la “amígdala” se encarga de recordarnos continuamente a modo de "pepito grillo", todo aquello que no verbalizamos y que nos produce dolor.

 

Os recomiendo que escuchéis este precioso cuento y saquéis vuestras propias conclusiones... "El cuento de la libélula".



Maria Dolores Abril Caballero

 

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