AUTOCONTROL EN LOS NIÑOS-AS PEQUEÑOS
¿Por qué los niños-as pequeños son tan impulsivos y no pueden controlar sus emociones?
La dificultad para controlar sus emociones y la facilidad para tener una conducta impulsiva está dentro del comportamiento habitual de niños-as pequeños. Hay que tener en cuenta que están en una etapa de su desarrollo que presenta algunas características diferenciadoras como son:
© Están adquiriendo la noción del tiempo, que aún no han conseguido (se empieza a adquirir a partir de los 6-7 años de edad y no aparece por igual en todos los niños), por eso son impacientes y no saben esperar, lo quieren todo ¡Ya!
© Por otra parte, empiezan a ensayar conductas, por eso es muy importante el ejemplo que les demos (harán lo que hagamos y no lo que les digamos). Su aprendizaje se basa en la observación y el ensayo-error (qué funciona y qué no).
© Además, están en la etapa que Piaget denomina Egocentrismo, por lo cual esperan que el otro cumpla sus deseos y sienten con mucha intensidad la frustración.
Cuando un niño-a tiene
dificultades para controlar sus emociones o impulsos, ayudarle a conseguirlo es
muy importante, puesto que no se trata de que el niño NO PUEDA, sino que no
sabe como hacerlo. Esto ocurre, sobre todo, en los niños menos reflexivos, con
más temperamento o nerviosos. Es cierto, que algunos niños, tienen más
facilidad que otros en interiorizar este control de los impulsos. Los
psicólogos afirman que esta capacidad para controlarse está directamente ligada
al desarrollo de la inteligencia emocional. Por eso subrayan la importancia de
impartir una educación emocional adecuada desde la edad infantil apoyándose,
sobre todo, en las evidencias arrojadas por distintos estudios, como los
realizados por Walter Mischell (Universidad de Columbia).
Lo más importante es que esta
capacidad para el autocontrol se puede aprender y ejercitar. Siempre hay que
tener en cuenta que todos los niños no son iguales y por tanto no reaccionarán
de igual manera. Es necesario aplicar con cada uno lo que mejor nos funcione.
Tanto padres como docentes conocemos a nuestros hijos o alumnos y desde este
conocimiento es desde dónde tenemos que actuar.
Ya sabéis que no hay recetas, preo algunas recomendaciones son las siguientes:
1.- Es importante tener una actitud optimista por parte de padres y docentes ante la capacidad de los niños para afrontar los retos es básica. El niño debe sentir que puede hacerlo y esa sensación se verá reforzada por el comportamiento de sus progenitores o docentes. Además, un clima positivo refuerza el aprendizaje y la motivación
2.- El autocontrol se ejercita, aprendamos a modificar patrones de pensamiento, reforzando el optimismo y la autoestima.
3.- Hay que tener paciencia, recordad que nosotros somos el principal ejemplo de autocontrol. Los niños nos observan cada momento, somos sus referentes.
4.- Entrena a los niños en auto instrucciones. Esto consiste en establecer un dialogo con uno mismo, donde los niños se van dando instrucciones a si mismo de cómo deben actuar. Consiste en proporcionar a los niños una estrategia de pensamiento antes de que surja la situación compleja ante la cual debe demostrar autocontrol. Por ejemplo: “estoy muy enfadado, me voy a calmar, primero respiro, después no hago nada, luego pienso que puedo hacer para encontrarme mejor. Si no lo consigo vuelvo a respirar, después no hago nada…”
5.- Hagamos de modelo en la conducta de los niños. Ejemplificando situaciones y actuando con autocontrol, sobre todo en situaciones cotidianas. es importante mostrar al niño/a estrategias para solucionar los problemas desde la reflexión y la calma, ya que de esta forma se llega a una solución constructiva del problema.
6.- Es muy bueno, establecer normas, pocas, claras y concisas. Hemos de asegurarnos que el niño las conoce y es consciente de las consecuencias de sus actos.
7.- No cedamos a las rabietas, no debemos reforzar este tipo de conducta.
8.- Refuerza sus logros. Es fundamental que se sientan valorados cuando consiguen controlar sus impulsos.
9.- Escuchemos a los niños, pero escuchemos con atención, que ellos se den cuenta que lo que nos dicen nos importa. No menospreciemos sus emociones, para ellos son muy importantes.
Un buen autocontrol, desde edades tempranas, asegura una vida feliz y una visión optimista de la vida. Merece la pena intentarlo.
María Dolores Abril Caballero
Maestra y pedagoga
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