Mi recorrido laboral por la Escuela acabó ayer, 30 de septiembre. He vivido con intensidad la palabra “ESCUELA”, una intensidad que me ha hecho sentirme siempre una persona afortunada y privilegiada por pertenecer y por sentirme incluida en el mundo de los niños.
Creo firmemente en la ESCUELA PÚBLICA, la escuela que enseña para la vida porque solo en ella se refleja la vida misma en toda su diversidad. Me siento afortunada y privilegiada de haber tenido la gran responsabilidad de conducir a todos y a cada uno de mis alumnos a cambiar el mundo donde viven, a sentirse más comprendidos, más seguros de sí mismos y a relacionarse en armonía con los demás. No ha sido una tarea fácil, pero ¡ ha sido tan apasionante educar en la libertad, en la responsabilidad, en el respeto, pero sobre todo en la reflexión y en el compromiso social !
Ahora echo la mirada atrás, y sí, ha habido una evolución de la maestra que entró por primera vez a una clase, asustada e insegura ante una pizarra más grande que un templo y preocupada por no saber escribir sin torcerse… pero con una pasión infinita por superar retos, cuál de ellos más difícil. En mi trayecto, me he apuntado a casi todo: escuela de barrios marginados, educación compensatoria, escuela del hospital, educación secundaria…. al fin y al cabo, ESCUELA, todo. El proceso de aprender ha sido compartido. ¡Cuánta fuerza tienen! Nunca podré saber quién ha enseñado más a quién. Me puedo aventurar a decir que han sido ellos, los niños, los que han sido el Maestro. Ahora que me toca parar, me sigo reconociendo igual, con la misma pasión, el mismo ímpetu reflexivo, la misma perseverancia y la misma verdad en el aprendizaje, pero mucho más paciente, más considerada y más atenta a la escucha de la infancia. Cada niño es un universo y cuánto podemos aprender de ellos.
Ser maestra no ha sido pensar en los niños sino ha sido “ en pensar como niños ”, en tener siempre presente mi infancia y la niña que fui, esa niña que quería sentirse escuchada, querida y útil. Mi otra arma ha sido el humor. El humor me ha dado perspectiva, movimiento, barajar otro punto de vista y mostrarles la vida con creatividad, con entusiasmo y con una sonrisa.
Al final del trayecto, puedo afirmar porque así lo siento, que solo les he exigido a mis alumnos lo que yo soy capaz de dar. Y eso me hace simplemente “SENTIRME BIEN”.
Reconstruir la escuela, innovar, pero también reflexionar sobre lo que estamos haciendo y hacia dónde queremos ir con un trabajo de equipo es el camino para ellos y para nosotros.
Les doy las GRACIAS :
A tod@s y a cada un@ de los niñ@s, siempre ahí, en el “Centro de todo”. Gracias por transmitirme alegría, salud, seguridad, vida y cordura.
A todos mis compañer@s que han estado a mi lado, escuchando, compartiendo y trabajando por el mismo fin.
A todos los padres y madres que me han dejado a sus hijos durante 5 horas al día para presenciar en primera línea el milagro de aprender. “Es el mejor regalo que me llevo”. Gracias por toda vuestra colaboración y vuestra resiliencia ante la realidad de una escuela con mascarilla.
Ser MAESTRA ya lo llevo incorporado en mi ADN, así que más para bien que para mal, seguiré siéndolo forever. Ahora me espera una nueva etapa muy atractiva y muy ilusionante.
¡¡ Ayyy, ya estoy llena de entusiasmo otra vez !!
Que emotivo vídeo y que palabras tan bonitas María.Estoy muy orgullosa de que haya sido la maestra de uno de mis hijos(Pepe) durante tres años consecutivos y que gracias a usted le gusta el francés.Una buena maestra tanto personalmente como profesionalmente.Muchas pero muchas gracias por enseñar con ese entusiasmo, alegría y con muchos valores y así hacer que los críos disfruten de su materia.Gracias por todo María le deseo de todo corazón que le vaya muy bien en esta nueva que empieza.
ResponderEliminarSaludos
Atte: Leydi Lozada Cárdenas.